martes, 27 de abril de 2010

La crisis actual de los hombres

Los hombres están viviendo una crisis de identidad: “Cada niñito y cada adolescente necesita afirmarse como un pequeño macho. Necesita hacerlo con sus pares para estar seguro de que es hombre y, por lo tanto, distinto de las mujeres. Luego, una vez adquirida su identidad viril, se aleja de esos modelos infantiles y juveniles para llegar a la vida adulta en que deja de lado esa virilidad agresiva y bastante ridícula”. Cito aquí a Humberto Eco:
“Hay tres especies de cerebros: unos entienden por sí mismos, los segundos disciernen lo que otros entienden, y los terceros no entienden ni por si mismos ni por otros; los primeros son excelentísimos, los segundos excelentes, los terceros inútiles.”
Actualmente, sin embargo, esta condición se habría complejizado: “El modelo de la igualdad de sexos en la que no hay ninguna función reservada a los hombres y desconocida por las mujeres, hace que ellos ya no sepan cuál es su especificidad. Las mujeres, pase lo que pase y, aunque no sea fácil ser mujer hoy en día, saben que pueden hacer algo que los hombres no pueden hacer, es decir, un hijo. En cambio los hombres ya no tienen un área que les sea exclusivamente reservada. Eso crea una mayor dificultad en la adquisición del sentimiento de identidad masculina”.
Hay además, otro factor muy relevante que complica aún más la situación: “Las mujeres esperan que los hombres tengan todas las virtudes del antiguo modelo y todas las del nuevo modelo; es decir, que sean a la vez protectores, que tengan toda la cortesía de antaño, aunque haya sido superficial; y, a la vez, que compartan lo que tienen con las mujeres, incluyendo las cargas tradicionales femeninas. Es demasiado. No se puede pasar de un modelo a otro en dos generaciones”. Los invito a leer: Los 10mandamientos del Siglo XXI de Fernando Sabater.
Esta confusión de roles, además de la actitud un tanto agresiva de algunas mujeres contemporáneas, son responsables de con el fenómeno del deseo sexual inhibido en los hombres de 30 años, entre otros fenómenos que podemos encontrar afectando a los hombres a los cuales les toco ser parte de esta generación de transición. Ellos son hijos de padres que eran absolutamente idolatrados y respetados, esposos de mujeres que exigen ser tratadas como iguales, y padres de mujeres que son francamente demandantes en lo que respecta a sus expectativas con respecto al género masculino. Vuelvo a citar a Humberto Eco:” Los hombres tienen menos consideración en ofender a uno que se haga amar que a uno que se haga temer.”
Cuando nos centramos en evaluar a los hombres que están ahora en lo que se conoce como middle age (entre 40 y 60), allí es bien evidente la inseguridad masculina frente a la nueva mujer, ellos son los más asombrados y no saben qué hacer ante esas nuevas mujeres contemporáneas que exhiben sin rubor su “eterna juventud”. Está sustentado esto en el hecho de que son justo, los hombres de estas edades, los que siguen prefiriendo una mujer de 26 años que a una de 50. Sin valorar que esa mujer, ya conoce su cuerpo, que ya resolvió los problemas de la maternidad, que sabe cocinar, que ya tiene una historia, y sobre todo “esa belleza, esa expresión, esa mirada que la ha dado la vida y la experiencia de los amores difíciles”, sin olvidar, que hoy en día, hay muchas cincuentonas que están mejor que las de 20. Estoy convencida, que hoy por hoy, más duro es envejecer para los hombres, porque ellos de verdad se han fosilizado mientras nosotras evolucionamos como nunca antes.
Cual debe ser, a mi modo de ver las relaciones entre ambos géneros: las mujeres deben seguir sus luchas por recuperar la autoconfianza y la autovaloración, así como las manifestaciones conscientes de la agresión y la sexualidad como condiciones fundamentales para el desarrollo de la autonomía; deben ser abordadas a partir de las transformaciones que se vienen desarrollando en las relaciones de poder entre los géneros, sin olvidar, que no es el modelo masculino el que debemos copiar, debemos crear “nuestro propio modelo”. Y los hombres, deben ver ese cambio en el género femenino como un proceso inherente a ellas, muy justo y que deben apoyar, para de esa manera, la mitad de la población trabaje en conjunto con la otra mitad, para lograr un mundo mejor.
‘Para lograr la paz del mundo, ante nada hay que tener paz en nuestros países, ciudades, vecindarios y sobre todo en nuestros hogares”
Y para terminar, les dejo una reflexión de Albert Einstein (1879-1955)

“Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir.”

Fuentes:
- Libro “XY” (1992), Elisabeth Bandinter.
-Artículo: Reflexiones sobre la calidad de vida y sexualidad después de la Menopausia. (2010)Juana Frontera-Fogel http://juananotas.blogspot.com/

1 comentario:

Mario A Reyes dijo...

Doctora Juana:
Mis respetos!! esta usted en una produccion literaria que a mi juicio es muy valiosa. Este articulo nos pone a reflexionar a nosotros los hombres. Quizas no tengamos el valor de aceptar este nuevo rol que nos esta exigiendo la mujer moderna... Es cierto... nos estamos quedando sin un claro papel.. Recuerdo unas palabras de mi madre: "Portate bien porque esta el dia cerca que ni para reproductores van a servir"!!!!!!Por eso invito a mis congeneres que se olviden del MACHO... ya ese esta siendo sepultado por madres, esposas, hijas, amigas..