Israel 2009
Estuve en Israel por una semana, que fue muy difícil ya que no fui esta vez de paseo, vacaciones o por motivos felices. Este lugar me impresionó una vez más, como tantas veces antes, desde que aterricé en el Aeropuerto Ben Gurión…..un imponente, moderno y sofisticado aeropuerto y sigo bajo esa impresión y admiración, ahora cuando me encuentro volando de regreso a casa, ya finalizada esa visita, fue cuando sentí la necesidad de compartir con otros mis impresiones y sensaciones acerca de este especial lugar del planeta.
Israel es el país más joven y viejo del mundo…….y allí empiezan toda una serie de contrastes, que hacen de este lugar uno de los más interesantes lugares del planeta, moderno y antiguo como la historia misma, .a la vanguardia en tecnología y al mismo tiempo con un apego a su historia y costumbres milenarias, en guerra casi permanente con vecinos hostiles, pero asombrosamente, en material de seguridad, de los países más seguros.
Es un lugar donde conviven en asombrosa armonía habitantes provenientes de diferentes lugares del planeta, los primeros pobladores desde su fundación en 1948, llegados de la Europa desvastada por la Guerra,.las últimas inmigraciones como son las de los rusos, latinoamericanos y los provenientes de Kenia, unidos a los árabes y los nativos, configuran una sociedad multicultural, multirracial, multilinguística y de gran complejidad.
Esta diversidad le imprime a este país una dinámica que hace de sus habitantes personas muy diferentes a los de otros países del mundo. Desde el punto de vista religioso, podemos encontrar desde los absolutamente religiosos llegando al fanatismo, hasta los definitivamente de espaldas a cualquier idea religiosa. En relación con su posición política, encontramos allí conviviendo a los pacifistas en extremo, que son los más ardientes críticos de sus propios gobiernos, cuando estos han tomado la decisión de enfrentar con violencia cualquier hostilidad de los vecinos, hasta los que defienden con ardor el derecho de, no sólo a defenderse, sino además a la conservación de los territorios ganados con la sangre de los que han tenido que morir para que este país pueda sobrevivir, a los amantes de la paz a toda costa y a los inclinados a hacer la guerra todas las veces que sea necesario.
Pero si bien es cierto que todas estas diferencias conviven en un pequeño país, también lo es el hecho de que a pesar de ellas, existen pocas pero importantes razones para hacer de éste el país más amado, odiado, envidiado, criticado y admirado del mundo, porque si hay algo en lo cuál no existen términos medios es, en relación con la actitud del resto del mundo frente a la existencia y persistencia de este pequeño pero no insignificante país. A Israel se le ama .o se le odia, .no hay términos medios, .y eso está muy claro entre su gente.
Debido a esto, si hay algo que tienen en común sus habitantes es que tienen el derecho a existir y que para eso hay que trabajar y pelear muy duro y simplemente se dedican a eso, y lo hacen con una pasión y una eficacia únicas. Esto es lo único que explica que un país con sólo 60 años de existencia, en permanente Guerra desde el día de su creación .sea hoy en día un país que se encuentra ubicado entre los que tienen mejor nivel de vida, mayores ingresos per cápita y mayores niveles de desarrollo y ¿cómo puede ser posible esto?? Simplemente trabajando con una increíble disciplina, ingenio, preparación y amor por ese pequeño pedazo de tierra que les fue otorgado.
El Israel de su declaración como país independiente en el año 1948, no era más que un desierto en el cuál sólo había arena y piedras, allí empezaron a llegar en cada vez en mayor número los laboriosos colonos provenientes de la persecución nazi y se establecieron para empezar con la titánica tarea que fue hacer florecer y reverdecer este inmenso y hostil desierto y se logró. Hoy en día, Israel es verde por los cuatro costados. Se puede ver en cualquier lugar de su geografía como surgen de la tierra y hasta de las piedras con enorme fuerza, imponentes árboles que desafían cualquier lógica ¿cómo puede un desierto lleno de piedras florecer de esa manera? Pues existen dos explicaciones: una es el incansable trabajo unido al desarrollo del más moderno y sofisticado sistema de riego que existe en el mundo, cuyos flujos de riego son controlados mediante computación o la otra explicación es que esos árboles, plantas, frutos y flores sólo son capaces de salir del desierto y atravesar rocas porque la mano de Dios está detrás de ése, su pueblo.
Cada quién, de acuerdo a sus creencias o posición ante ese país decidirá cuál es la explicación….pero lo que nadie puede negar es que Israel más que un país en un milagro y eso lo percibe cualquier persona que lo visite con ojos libres de prejuicios políticos y religiosos, sólo tienes que conocerlo, recorrerlo, y jamás se podrá dejar de admirar.
Es evidente por lo que escribo que me encuentro en el grupo de las personas que admiran a ese país .y en eso mi imparcialidad es absoluta, .tuve la suerte de conocerlo personalmente hace casi 20 años,….pero jamás en mi vida podré olvidar esa primera visita a la Tierra Santa: fue amor a primera vista, mis ojos no podían creer lo que veían, todo ese desarrollo, la actitud valiente y decidida, cómo cada habitante de ese pequeño lugar en el planeta que enfrenta las hostilidades del día a día con entereza y envidiable fuerza, todo lo tienen en contra los habitantes de ese país: .el clima, la falta de agua, la calidad del terreno, la existencia de enormes y ricos países enemigos alrededor, la constante amenaza de ataques terroristas, las diferencias culturales, lingüísticas, raciales y religiosas que existen entre ellos (que ya mencioné), .pero nada de eso los detiene, la meta está delante…La meta es sobrevivir…,la meta es construir un país donde todos los judíos del mundo sean bienvenidos, un lugar que se pueda ser considerado como nuestra patria, cuando desde nuestras propias patrias se nos rechace sólo por razones de diferencias religiosas……¡¡¡¡¡¡¡ésa es una gran meta!!!!!!!! Y ellos, los habitantes de este país la están llevando a cabo con una eficacia admirable y reconocida hasta por sus más ardientes detractores.
Tengo la inmensa suerte de conocerlo en varias visitas, en el transcurso de estos años, por los cuatro costados, es inmensamente hermoso, donde uno vaya se va a encontrar con gente con las características que ya mencioné: apasionados, de fuerte temperamento, trabajadores incansables, hablando ese idioma para mí absolutamente incomprensible y que hace sonar a los que lo hablan como seres más rudos de lo que pueden ser en realidad. Allí no es fácil notar las diferencias económicas, el Israelí es informal y despreocupado en su aspecto y apariencia física, donde vayas vas a comer esa deliciosa comida oriental con sabores y olores fuertes e intensos como sus habitantes, vas a comer las más deliciosas frutas que jamás puedas imaginar, los vegetales más deliciosos, y uno no puede dejar de preguntarse, ¿pero cómo?? ¿No era este país un desierto? ¿Cómo se pueden cultivar aquí estas espectaculares patillas (Nota: en España: sandías; en varios países de Latinoamérica, melones o melones de agua) sin semillas, estos melones jugosos y dulces como la miel, esas naranjas y mandarinas tan deliciosas?
El desarrollo inmobiliario es impresionante, en todas las ciudades que visitas hay innumerables construcciones en desarrollo, urbanizaciones, casas, edificios inmensos, centros comerciales gigantes, por todos lados hay grúas de construcción y otra vez a la cabeza de uno viene la pregunta, ¿pero no es éste un país en Guerra? ¿Cómo puede haber este desarrollo inmobiliario tan impresionante en un país que esté en permanente conflicto bélico con vecinos hostiles? Una vez más es fácil caer en la tentación de creer en la inmensa fuerza del hombre o en la intervención divina, que desde su inicio como país hasta el momento ha estado de parte de él, de parte del más débil y del agredido, por que ésa es la verdad. Israel no inició ninguna de sus guerras, pero sí las ganó todas, desde la primera, quizás la más desigual e injusta, hasta la última, quizás la más criticada, en todas y cada una de ellas. Israel está defendiéndose de las hostilidades y ataques de sus enemigos.
En esta visita, muy corta y llena de emociones y tristeza, causadas por la pérdida casi simultánea de dos miembros de la familia, sólo alcancé a visitar las dos ciudades más importantes: Tel-Aviv, la capital económica y centro de los poderes civiles y Jerusalén la capital religiosa del mundo. Jerusalén, para mí, la ciudad más hermosa del mundo, que me disculpen el resto de los países del mundo, pero la energía que existe en ese pequeño lugar del planeta no es comparable con la de ningún otro lugar. Allí están y conviven juntos los lugares más importantes de las religiones con mayor número de seguidores, hay que visitarla y caminar por sus calles para sentir encima de los hombros el enorme peso de toda la historia y cultura que en esas estrechas calles se siente. Una vez más, tengo que volver a recordar ésa, mi primera vez a Jerusalén.
Jamás podré olvidar la tormenta de emociones que se desatan en mí cuando pisé por primera vez esa ciudad, se me hizo difícil de explicar entonces y todavía lo es, no encuentro palabras para transmitir todas las sensaciones. La percepción de diferentes tipos de energía que, caminando por sus calles puedes percibir y esa misma sensación de pequeñez, de insignificancia que me envolvió entonces, se apodera una y otra vez de mí, y no puedo dejar de preguntarme:
¿Qué ocurre en mí cuando visito Jerusalén? Pues no lo puedo entender, jamás fui religiosa, ni antes ni después de conocer Jerusalén, pero si hay algo que es cierto en esa ciudad, es que la presencia de Dios es evidente allí. No sé en qué lugar habita, no puedo saber si en la mezquita, no sé si se percibe en cada estación de la Vía Dolorosa, ni tampoco me atrevo a afirmar que habita en el Muro de los Lamentos, para mí, está en todos esos lugares, en todo ellos para mí esa presencia es omnipotente y omnipresente. Está allí, de eso no hay dudas, debe estar en todos los lugares del mundo en realidad, debe estar en cualquier lugar donde alguna alma necesitada le implore su presencia, pero de lo que nadie me puede convencer es de que su presencia te haga sentir que estás en la ciudad donde está Dios, donde se puede sentir todo su inmenso poder. Esa energía universal que mueve este mundo, donde la incomprensión y las diferencias mantienen a los seres humanos tan separados, cuando en realidad estoy convencida de que todos tenemos en común el mismo Dios, el cuál nos ama a todos, al cuál se le puede llegar con cualquier credo o lengua…….¡y que la única fuerza de unión con él, fue, es y será por siempre la inmensa fuerza del amor!
¡Hasta la próxima! Y ojalá sea pronto,
Juana Frontera-Fogel
Miami 03/06/2009, Adar 10, 5769
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